Siguiendo los pasos de George Brassens y Javier Krahe, este joven cantautor madrileño trae
un puñado de canciones en las que el humor se mezcla con ironía y el sarcasmo sin obviar la
reivindicación social.
Su música bebe de fuentes tan diversas como el jazz, el pop, el folk y la chanson francesa. Huye de
convencionalismos con un particular punto de vista sobre el paso del tiempo, el amor y el humor.
No es Brassens pero tiene flow. No es Dylan pero tiene armónica. No es Jagger porque no baila.
No es Sabina pero rima.